Y ahora que ya tengo vuestra atención voy a pasar a
relatar mi primera crónica de un viaje en moto. No es que sea el primero que he
hecho, que ya son varios aunque no tantos como me hubiese gustado. Hasta ahora,
lo más parecido en estos menesteres que ha pasado por mis manos para que
participase fue un borrador de la crónica del primer día del viaje a los Alpes
que redactó el compañero Ch@sis hace un par de años.
En realidad lo que debiera contar sería la crónica
del viaje al II Encuentro del vstromclub.es en Alcañiz, pero un compromiso echó
por tierra nuestras posibilidades de asistir. Así que paso a detallar dos
pequeñas excursiones en moto realizadas los días 15 y 17 de Septiembre.
Pues al toro…
Las dos salidas tienen como “campo base” el pequeño
pueblo de Letur, en Albacete. Situado al sureste de la provincia, es una
localidad serrana con influencia mudéjar que vive del turismo, la ganadería y
la agricultura.
La mañana del sábado 15 amaneció bien soleada,
incluso demasiado, lo que auguraba un estupendo día para ir en la moto por la
sierra. Así que ahí estamos Fuen y yo en la puerta de mi casa, con los ojos
medio pegados a pesar de ser más de las 10:30, preparando la moto para la
salida.
Respecto al “madrugón”: ¿Qué más da? ¿Iban a cerrar
acaso la carretera? Pues eso, pa qué
madrugar si lo que íbamos a ver iba a estar igual aunque hubiésemos salido a
las 8. Así que a las 11 de la mañana pusimos rumbo a Yeste.
Como podéis ver en las fotos, el asfalto está muy
roto y en algunas curvas hay que extremar la precaución porque, no es broma,
ppueder colarte en alguna grieta y que la moto se vuelva ingobernable. Lo
dicho, precaución. En cambio, esto tiene de bueno que puedes mirar con más
tranquilidad la vegetación y ver detalles como los puentes del Canal del Taibilla,
que varias veces se entrecruza con la carretera en el tramos de unos 12 km que
va desde Letur a La Dehesa, pedanía del municipio formada por varios conjuntos
de aldeas.
Aquí unas fotos de un choperal y del arroyo que
cruza La Dehesa a la altura del Restaurante La Quebrada del Molino.
Al poco de cruzar La Dehesa hay una carretera a la
derecha con un cartel que pone Yeste 27. Actualmente no es necesario ir por ahí
porque con la construcción del Puente de la Vicaría sobre el Embalse de La
Fuensanta hay una carretera más corta y en mejor estado, que será la que usemos
al volver.
Así que como buenos moteros duros y aguerridos,
tiramos por la ruta larga, que un cartel avisa que es una carretera vecinal y
que rodea el embalse. A cambio de estos km de más, tras pasar por la aldea de
Casas de Juan Quíles, nos encontramos con paisajes como estos:
Me encanta el reflejo de las montañas y árboles en el agua.
Y otras rodeando el embalse por su cabecera.
A partir de aquí la carretera es algo mejor… mucho
mejor. Una vez se llega a la CM 3206 que une Elche de la Sierra con Yeste podemos
decir que es una gozada, y como íbamos algo retenidos
por el asfalto anterior… pues dí rienda suelta al pilotaje y, sin arriesgar, la
verdad que disfrutamos de unas cuantas buenas curvas.
No hay muchas fotos de estee tramo porque Fuen,
caval como es, prefirió agarrarse bien.
Y así, casi sin querer, llegamos tras una hora de
viaje al municipio de Yeste.
Creo que lo más importante es su castillo. Desde
luego que su estado de conservación es muy bueno y en sus restauraciones no se
han hecho las barbaridades que se pueden ver en otros monumentos.
Tras visitar el castillo nos fuimos a ver otro punto
de interés, la Iglesia cuya torre se ve en esta foto:
Pero estaba cerrada, así que solo pudimos contemplar
la fachada principal.
Continuamos paseando por las calles de Yeste. Nos
encanta la paz y tranquilidad que hay, adjetivos que podemos trasladar a
cualquiera de los pueblos de la zona, incluso en el periodo estival, cuando se
llenan de visitantes y emigrantes retornados.
Por lo visto esto era algo muy habitual:
Porque diez años después Letur no se quedó atrás:
Eran ya cerca de la una de la tarde y el calor apretaba, así que entramos a un super y compramos un refresco. Y aquí sucedió algo que no es la primera vez que me pasa y la verdad es que, a mis años, ya debiera haber aprendido. Resulta que Fuen se quejó de que su Coca Cola sabía un poco mal. “Ya está esta poniendo pegas”, pensé. Pero no. Miramos la fecha de caducidad y… exacto, estaba caducada. Lo mejor de esta foto es mi entrecejo de mala hostia reflejado en la botella.
En fin. Otras veces, por la zona, me ha pasado que
he ido a por queso y este tenía 3 capàs de moho. O que la carne tuviese cierto
tono verdoso sospechoso. O padecer un fuerte dolor de barriga y comprobar
después q ue la bolsa de cortezas que me acabo de comer llevaba varios meses
caducada a pesar de no estar reblandecidas. Lo dicho: mucho cuidado en las
tiendas de ultramarinos.
Ahora una foto de un cartel con el mapa de la
comarca.
Y así iniciamos la vuelta, esta vez por la carretera
nueva que nos lleva hasta La Dehesa, pasando por el Puente de la Vicaría previa
bajada de una carretera con pendientes de hasta el 11% en la que Fuen volvió a
preferir agarrarse antes de hacer fotos.
Tras estos chopos, junto a la aldea de El Toril, hay
una zona en la que bañarse. Pero era algo tarde y, a pesar de haber salido con
esa idea, continuamos para poder ver los clasificatorios de MotoGP.
Y aquí una foto del homenaje que nos preparamos para disfrutar de los entrenos.
Por la tarde hicimos una pequeña excursión para ver las ruinas de un puente medieval que hay en el antiguo camino a Yeste desde Letur. Esto implicó hacer una pequeña incursión por lo marrón. Al final no lo encontramos, así que tendré que informarme mejor de su localización. Cuando el ir por lo marrón se puso negro dimos media vuelta y nos fuimos al Charco Pataco a bañarnos. No tenía ganas de levantar la moto del suelo. Ya lo he hecho 3 veces en 4 años y creo que es suficiente.
El lunes 17 amaneció a la misma hora que el sábado, es decir, tarde, y esta vez el cielo estaba algo más nublado.
Tras preparar la moto nos fuimos a Ayna. Ayna es
otro pequeño pueblo de la sierra, en la zona entre la sierra de Alcaraz y
Segura, bañada por el río Mundo, afluente del Segura.
Es famosa por dos cosas mayormente: Fue donde se
rodó Amanece que no es poco de José
Luis Cuerda, y porque se le llama La Suiza
Manchega. Sobre lo 1º, nada que objetar. Sobre lo 2º… ¡Por Dios! Ni punto
de comparación. Vale, si, que la carretera es sinuosa y con curvas, pero…
compararlo con Suiza me parece algo pretencioso. En total no serán más de 20 km
de curvas, y tornantis… No hay más de
6.
Hay una 3ª cosa por la quee Ayna es famosa. Una cosa
mucho más importante que lo antes mencionado y que a la gente de mi generación
nos marcó para siempre. Aquí fue donde se grabó el escalofriante, terrorífico,
apabullante, inolvidable Video de Primera Se
va el chaval se va por el barranquillo.
La carretera que va desde Letur a Ayna, como casi
todas las de la zona, es muy entretenida. Está en muy buen estado y tiene
algunas curvas muy interesantes.
Poco antes de llegar a Eche se cruza el Segura.
Luego volveremos sobre él, ya que a la vuelta paramos.
Y paisajes también interesantes:
Ya cerquita de Ayna:
Y por fin, el pueblo:
Lo atravesamos y nos fuimos a hacer la carretera por
la otra vertiente, por la carretera que viene desde Alcaraz, que quizás se
parezca más a una carretera Suiza, pero vamos, un 10%. Al poco de cruzar el
pueblo, en la salida del mismo, estaban quitando barreras del recorrido de los
encierros y cargándoles en su camión. Pues bien, al poco de adelantar a esa
camioneta, paramos y cuando esta llegó a nuestra altura pasó esto:
Dos minutos después y esos troncos hubiesen sido el almuerzo de Fuen y mío. ¡No pasan más cosas porque Dios no quiere!
Bueno, continuemos.
El motivo de la parada fue asomarnos al mirador que
allí había.
En todo el pueblo y alrededores hay carteles en los
sitios que sirvieron de decorado para la peli. En este mirador hay una réplica
del side-car.
Continuamos subiendo y al llegar a la parte más alta
encontramos el rincón que sirvió de decorado para el final de la peli, el
Mirador del Dablo. Debe ser un amanecer precioso desde ahí. El verano que viene
no nos lo perdemos.
Antes de continuar me gustaría hablar de la peli Amanece que no es poco: Recuerdo que
siendo yo pequeño la proyectaron en las plazas de los pueblos de la Sierra de
Segura. Y como no, por supuesto, en la de Letur. Pues bien, yo creo que a la media hora de proyección las dos
primeras filas de sillas, las que ocupábamos los niños, estaban vacías. Nos
habíamos ido a jugar. “¡Qué aburrimiento!”, recuerdo que pensé. A esa edad,
entre los 8 y 10 años, creo, no había quien entendiese aquello.
Hace unos años la volví a ver y… ¡me encantó! Qué
bien que representa el realismo mágico, el esperpento, los ambientes rurales y
sus costumbres… Creo que un extranjero no podría entenderla por más que se
esfuerce. Desde aquí os la recomiendo.
Y después de este inciso continuemos con el paseo.
Desde allí, el Mirador del Diablo, desandamos
nuestros pasos para volver al pueblo y buscar la Poza de los Molinos, una zona de baño en el río Mundo a su paso por
la ribera del pueblo. Le preguntamos a un señor que nos dijo que en moto íbamos
a tener dificultades así que nos mandó hasta el primer túnel saliendo del
pueblo y desde allí se coge una carreterita que te deja casi al lado. Así que,
en nuestra super moto, hasta la orillica misma previo marroneo de 20 metros.
La verdad que el paraje es precioso, pero la poza me
decepcionó un poquito. Esperaba algo más de profundidad y el agua no estaba
todo lo limpia que hubiese querido. Le ponemos un 5.
Al salir de la poza hay dos decorados de la
mencionada peli: El semillero de hombres y
La calabaza en el bancal. No pude más
que sonreir al recordar esas secuencias.
Calabaza:
tu siempre has estado en los momentos difíciles.
Luego tomamos rumbo a Letur, haciendo una parada en
el río Segura. Queda pendiente un remojón aquí, pero se nos había hecho algo
tarde y había hambre. ¡Fuen, no bebas
de´sa agua!
Y ya, corriendico, corriendico, para Letur.