martes, 2 de octubre de 2012

Por la Sierra.




Y ahora que ya tengo vuestra atención voy a pasar a relatar mi primera crónica de un viaje en moto. No es que sea el primero que he hecho, que ya son varios aunque no tantos como me hubiese gustado. Hasta ahora, lo más parecido en estos menesteres que ha pasado por mis manos para que participase fue un borrador de la crónica del primer día del viaje a los Alpes que redactó el compañero Ch@sis hace un par de años.
En realidad lo que debiera contar sería la crónica del viaje al II Encuentro del vstromclub.es en Alcañiz, pero un compromiso echó por tierra nuestras posibilidades de asistir. Así que paso a detallar dos pequeñas excursiones en moto realizadas los días 15 y 17 de Septiembre.
Pues al toro…
Las dos salidas tienen como “campo base” el pequeño pueblo de Letur, en Albacete. Situado al sureste de la provincia, es una localidad serrana con influencia mudéjar que vive del turismo, la ganadería y la agricultura.



La mañana del sábado 15 amaneció bien soleada, incluso demasiado, lo que auguraba un estupendo día para ir en la moto por la sierra. Así que ahí estamos Fuen y yo en la puerta de mi casa, con los ojos medio pegados a pesar de ser más de las 10:30, preparando la moto para la salida.



Respecto al “madrugón”: ¿Qué más da? ¿Iban a cerrar acaso la carretera? Pues eso, pa qué madrugar si lo que íbamos a ver iba a estar igual aunque hubiésemos salido a las 8. Así que a las 11 de la mañana pusimos rumbo a Yeste.


Como podéis ver en las fotos, el asfalto está muy roto y en algunas curvas hay que extremar la precaución porque, no es broma, ppueder colarte en alguna grieta y que la moto se vuelva ingobernable. Lo dicho, precaución. En cambio, esto tiene de bueno que puedes mirar con más tranquilidad la vegetación y ver detalles como los puentes del Canal del Taibilla, que varias veces se entrecruza con la carretera en el tramos de unos 12 km que va desde Letur a La Dehesa, pedanía del municipio formada por varios conjuntos de aldeas.
Aquí unas fotos de un choperal y del arroyo que cruza La Dehesa a la altura del Restaurante La Quebrada del Molino.




Al poco de cruzar La Dehesa hay una carretera a la derecha con un cartel que pone Yeste 27. Actualmente no es necesario ir por ahí porque con la construcción del Puente de la Vicaría sobre el Embalse de La Fuensanta hay una carretera más corta y en mejor estado, que será la que usemos al volver.
Así que como buenos moteros duros y aguerridos, tiramos por la ruta larga, que un cartel avisa que es una carretera vecinal y que rodea el embalse. A cambio de estos km de más, tras pasar por la aldea de Casas de Juan Quíles, nos encontramos con paisajes como estos:





Me encanta el reflejo de las montañas y árboles en el agua.




Y otras rodeando el embalse por su cabecera.



A partir de aquí la carretera es algo mejor… mucho mejor. Una vez se llega a la CM 3206 que une Elche de la Sierra con Yeste podemos decir que es una gozada, y como íbamos algo retenidos por el asfalto anterior… pues dí rienda suelta al pilotaje y, sin arriesgar, la verdad que disfrutamos de unas cuantas buenas curvas.
No hay muchas fotos de estee tramo porque Fuen, caval como es, prefirió agarrarse bien.

Y así, casi sin querer, llegamos tras una hora de viaje al municipio de Yeste.

Creo que lo más importante es su castillo. Desde luego que su estado de conservación es muy bueno y en sus restauraciones no se han hecho las barbaridades que se pueden ver en otros monumentos.







Tras visitar el castillo nos fuimos a ver otro punto de interés, la Iglesia cuya torre se ve en esta foto:

Pero estaba cerrada, así que solo pudimos contemplar la fachada principal.



Continuamos paseando por las calles de Yeste. Nos encanta la paz y tranquilidad que hay, adjetivos que podemos trasladar a cualquiera de los pueblos de la zona, incluso en el periodo estival, cuando se llenan de visitantes y emigrantes retornados.









Por lo visto esto era algo muy habitual:



Porque diez años después Letur no se quedó atrás:


Eran ya cerca de la una de la tarde y el calor apretaba, así que entramos a un super y compramos un refresco. Y aquí sucedió algo que no es la primera vez que me pasa y la verdad es que, a mis años, ya debiera haber aprendido. Resulta que Fuen se quejó de que su Coca Cola sabía un poco mal. “Ya está esta poniendo pegas”, pensé. Pero no. Miramos la fecha de caducidad y… exacto, estaba caducada. Lo mejor de esta foto es mi entrecejo de mala hostia reflejado en la botella.




En fin. Otras veces, por la zona, me ha pasado que he ido a por queso y este tenía 3 capàs de moho. O que la carne tuviese cierto tono verdoso sospechoso. O padecer un fuerte dolor de barriga y comprobar después q ue la bolsa de cortezas que me acabo de comer llevaba varios meses caducada a pesar de no estar reblandecidas. Lo dicho: mucho cuidado en las tiendas de ultramarinos.
Ahora una foto de un cartel con el mapa de la comarca.



Y así iniciamos la vuelta, esta vez por la carretera nueva que nos lleva hasta La Dehesa, pasando por el Puente de la Vicaría previa bajada de una carretera con pendientes de hasta el 11% en la que Fuen volvió a preferir agarrarse antes de hacer fotos.





Tras estos chopos, junto a la aldea de El Toril, hay una zona en la que bañarse. Pero era algo tarde y, a pesar de haber salido con esa idea, continuamos para poder ver los clasificatorios de MotoGP.


Y aquí una foto del homenaje que nos preparamos para disfrutar de los entrenos.



Por la tarde hicimos una pequeña excursión para ver las ruinas de un puente medieval que hay en el antiguo camino a Yeste desde Letur. Esto implicó hacer una pequeña incursión por lo marrón. Al final no lo encontramos, así que tendré que informarme mejor de su localización. Cuando el ir por lo marrón se puso negro dimos media vuelta y nos fuimos al Charco Pataco a bañarnos. No tenía ganas de levantar la moto del suelo. Ya lo he hecho 3 veces en 4 años y creo que es suficiente.







El lunes 17 amaneció a la misma hora que el sábado, es decir, tarde, y esta vez el cielo estaba algo más nublado.





Tras preparar la moto nos fuimos a Ayna. Ayna es otro pequeño pueblo de la sierra, en la zona entre la sierra de Alcaraz y Segura, bañada por el río Mundo, afluente del Segura.
Es famosa por dos cosas mayormente: Fue donde se rodó Amanece que no es poco de José Luis Cuerda, y porque se le llama La Suiza Manchega. Sobre lo 1º, nada que objetar. Sobre lo 2º… ¡Por Dios! Ni punto de comparación. Vale, si, que la carretera es sinuosa y con curvas, pero… compararlo con Suiza me parece algo pretencioso. En total no serán más de 20 km de curvas, y tornantis… No hay más de 6.
Hay una 3ª cosa por la quee Ayna es famosa. Una cosa mucho más importante que lo antes mencionado y que a la gente de mi generación nos marcó para siempre. Aquí fue donde se grabó el escalofriante, terrorífico, apabullante, inolvidable Video de Primera Se va el chaval se va por el barranquillo.



Lo curioso es que Letur, al igual que antes sucedió con Yeste y su limpieza, tampoco se queda atrás y también tiene otro video ganador: Se va el toro se va por el barranquillo. (Segundo 38)




La carretera que va desde Letur a Ayna, como casi todas las de la zona, es muy entretenida. Está en muy buen estado y tiene algunas curvas muy interesantes.






Poco antes de llegar a Eche se cruza el Segura. Luego volveremos sobre él, ya que a la vuelta paramos.


Y paisajes también interesantes:





Ya cerquita de Ayna:









Y por fin, el pueblo:




Lo atravesamos y nos fuimos a hacer la carretera por la otra vertiente, por la carretera que viene desde Alcaraz, que quizás se parezca más a una carretera Suiza, pero vamos, un 10%. Al poco de cruzar el pueblo, en la salida del mismo, estaban quitando barreras del recorrido de los encierros y cargándoles en su camión. Pues bien, al poco de adelantar a esa camioneta, paramos y cuando esta llegó a nuestra altura pasó esto:


Dos minutos después y esos troncos hubiesen sido el almuerzo de Fuen y mío. ¡No pasan más cosas porque Dios no quiere!

Bueno, continuemos.
El motivo de la parada fue asomarnos al mirador que allí había.



En todo el pueblo y alrededores hay carteles en los sitios que sirvieron de decorado para la peli. En este mirador hay una réplica del side-car.


Continuamos subiendo y al llegar a la parte más alta encontramos el rincón que sirvió de decorado para el final de la peli, el Mirador del Dablo. Debe ser un amanecer precioso desde ahí. El verano que viene no nos lo perdemos.








Antes de continuar me gustaría hablar de la peli Amanece que no es poco: Recuerdo que siendo yo pequeño la proyectaron en las plazas de los pueblos de la Sierra de Segura. Y como no, por supuesto, en la de Letur. Pues bien, yo creo que  a la media hora de proyección las dos primeras filas de sillas, las que ocupábamos los niños, estaban vacías. Nos habíamos ido a jugar. “¡Qué aburrimiento!”, recuerdo que pensé. A esa edad, entre los 8 y 10 años, creo, no había quien entendiese aquello.
Hace unos años la volví a ver y… ¡me encantó! Qué bien que representa el realismo mágico, el esperpento, los ambientes rurales y sus costumbres… Creo que un extranjero no podría entenderla por más que se esfuerce. Desde aquí os la recomiendo.
Y después de este inciso continuemos con el paseo.
Desde allí, el Mirador del Diablo, desandamos nuestros pasos para volver al pueblo y buscar la Poza de los Molinos, una zona de baño en el río Mundo a su paso por la ribera del pueblo. Le preguntamos a un señor que nos dijo que en moto íbamos a tener dificultades así que nos mandó hasta el primer túnel saliendo del pueblo y desde allí se coge una carreterita que te deja casi al lado. Así que, en nuestra super moto, hasta la orillica misma previo marroneo de 20 metros.








La verdad que el paraje es precioso, pero la poza me decepcionó un poquito. Esperaba algo más de profundidad y el agua no estaba todo lo limpia que hubiese querido. Le ponemos un 5.
Al salir de la poza hay dos decorados de la mencionada peli: El semillero de hombres y La calabaza en el bancal. No pude más que sonreir al recordar esas secuencias.





Calabaza: tu siempre has estado en los momentos difíciles.



Luego tomamos rumbo a Letur, haciendo una parada en el río Segura. Queda pendiente un remojón aquí, pero se nos había hecho algo tarde y había hambre. ¡Fuen, no bebas de´sa agua!







Y ya, corriendico, corriendico, para Letur.